domingo, 4 de diciembre de 2011

La extrañeza como esencia en los cuentos de Cortázar

“Hasta a la extrañeza es posible acostumbrarse, creer que el misterio se explica por sí mismo y que uno acaba por vivir dentro, aceptando lo inaceptable”.
Julio Cortázar tiene una estrategia al momento de escribir que es dar un sentimiento fantástico a sus cuentos, sugiriendo un clima sobrenatural sin apartarse al mismo tiempo de la naturaleza. “Yo he escrito una cantidad probablemente excesiva de cuentos, de los cuales la inmensa mayoría son de tipo fantásticos. Es inútil ir al diccionario, yo no me molestaría en hacerlo, habrá una definición que será aparentemente impecable, pero una vez que la hayamos leído, los elementos imponderables de lo fantástico, tanto en la literatura como en la realidad, se escaparán de esa definición”. Personajes, cosas, acontecimientos son reconocibles y razonables, pero como se pretende provocar sentimientos de extrañeza, se evita dar aclaraciones lógicas. Además, los personajes no se desconciertan ante los hechos extraños por los que tienen que pasar, es más lo s aceptan como algo cotidiano que es parte de su existencia. Un ejemplo de esto se muestra en el cuento “Carta a una señorita en París” que es el vomitar los conejitos, el autor deja a cada lector la tarea de imaginar el significado de éste hecho inusual, otorgando verosimilitud a una situación que al principio del relato se perfila irreal, pero que con el paso de la historia vamos aceptando con la misma naturalidad con que él nos muestra a los conejitos vomitados como si se tratara de una gripe que es algo que sucede a diario.
En el cuento “El Perseguidor” Johnny tiene la necesidad de encontrar el sentido de su existencia a través de varios medios uno de ellos es la drogadicción como se sabe éstas intensifican las sensaciones logrando sacarte de la realidad a un espacio de “libertad”; la otra es con su música sin someterse a Dios porque es una cuestión personal no religiosa. Una evidencia de esto es cuando dice: “Aquella vez en Nueva York yo creo que abrí la puerta con mi música, hasta tuve que parar y entonces el maldito me la cerró en la cara nada más porque no he rezado nunca, porque no le voy a rezar, porque no quiero saber nada de ese portero de librea, ese abridor de puertas a cambio de una propina”.
Por otro lado, lo que da la cotidianidad aparte de los hechos es la forma del lenguaje y la manera en la que se expresa Cortázar, ya que si tomamos la historia de Johnny Carter en “El Perseguidor”, ésta es contada en una prosa que más parece hablada que escrita, es como escuchar a un amigo contándonos una historia sin interés de impresionarnos, ni adornar cada frase para mostrar solemnidad literaria. “-Es una buena chica, sabes. Pero me tiene harto. Hace rato que no la quiero, que no puedo sufrirla. Todavía me excita, a ratos, sabe hacer el amor como... -junta los dedos a la italiana-. Pero tengo que librarme de ella, volver a Nueva York. Sobre todo tengo que volver a Nueva York, Bruno.
-¿Para qué? Allá te estaba yendo peor que aquí. No me refiero al trabajo sino a tu vida misma. Aquí me parece que tienes más amigos.
-Si, estás tú y la marquesa, y los chicos del club... ¿Nunca hiciste el amor con la marquesa, Bruno?
-No”.
Para finalizar, quiero resaltar que Julio Cortázar refleja la extrañez en todos sus cuentos porque dice que esto nos puede suceder a diario ya que se topan con nosotros eventos que no se pueden explicar con una razón, sino que el misterio de éstas te hace sentir la presencia de algo diferente es decir lo que podemos llamar lo fantástico.

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